jueves, 1 de septiembre de 2011
Una tarde
La mujer que la tarde ha traído;
que la lluvia ha dejado;
que el otoño ha parido;
ha estado prendida,
de un soneto escondido.
La ansiedad maldita y sublime;
la espera bendita y perpetua;
el reproche eterno han declarado,
el suspiro tierno han presenciado.
Rememora la vida aquellos textos olvidados;
esas secuelas teñidas de amor, dolor y fracaso;
y los minutos escasos de un pasado incauto,
velan el rostro sencillo de una sonrisa discreta.
La tarde ha dejado una mujer;
la lluvia se la ha llevado;
y una canción para dormir,
por último ha expresado.
¡Mas vivad al cielo señores!,
que esta tarde de otoño,
Kafka y Rilke se han encontrado.
Demian