domingo, 4 de septiembre de 2011

Ella va


La perdí, finalmente,
entre los vanos rostros plurales de la calle,
entre el trajín frenético de los hombres,
entre el ruido y el humo del quehacer diario.

Nadie reparó en su belleza,
la ignorancia de aquellos que rozaron su cuerpo
no permitió que su fugaz presencia los alertara.

¡Pobres y minúsculos hombres!,
se perdieron de verla,
quizas por esa cuenta,
quizas por esa deuda,
¡pobres y minúsculos hombres!,
se perdieron de verla pasar.

Y ofrece ella su delicado encanto de rosa a mi mirada,
la observo desde el bondi,
un rato, un instante,
entre los autos pasar,
radiante y silenciosa.

Salimos del marco del día,
por encima de todo y todos;
ella va como una estrella fugaz,
dejando la estela que guía mis ojos hasta su figura,
caminando ligero entre las ruinas
que ellos crean con sus pasos.

Como flotando suave y serena,
pierdo a mi Dafne en la ciudad;
me deja sólo la huella en el día.

Ella va rodando su amor,
ella va regalando color,
ella va dejando lo feo,
ella va, y yo la veo.


Demian