jueves, 1 de septiembre de 2011

Mujer



Ahora sí espero
que la belleza del mal
que tu vientre nutre
se desparrame en mi frente
con ira de paz y amorío.

Que la indecente primicia de tu amor,
mi vida decore,
con jazmines, otoños, cafés, puertos lejanos
y esos paseos hermosos por los parques de todos.

Que me seas útil para batir la desidia,
el rencor siniestro de injustas verdades,
y la atmósfera chata
de periplos mundanos.

Que el aciago despertar sombrío
frente a las tropas infernales del mundo,
me sea leve, con algunos retazos cálidos
de la vertiente augusta de tus sueños.

Que tu metal precioso, rojo,
sea el arma que empuñe decidido,
ante el cortejo de hombres oscuros
que me esperan delante,
pulcros, mundanos y fríos.

Mujer, eres mi esperanza concreta,
mi sueño de siempre,
que me ayudará a enfrentar las tinieblas,
el infierno de ellos,
que también es mío.


Demian.