martes, 25 de septiembre de 2012

Paraíso




Quien abre los ojos en el Paraíso,
mira a través de las huertas, las glorietas, las arboledas,
las caricias cálidas de sol, 
una gotita de rocío transitando ligero un pétalo de rosas,
el aroma dulce del aire cargado de vida.

Pero no todos pueden recibir ese laurél; 
para algunos la suerte decide y adjudica demasiado premio,
el resto permanece anónimo, dormido toda la vida.

Mientras llegan ecos de Artemisa desde occidente,
Penélope, teje y teje un infinito sudario,
que estire la ausencia de su amado hasta el fin de los tiempos.

La desesperanza no llena cualquier mente; 
unos pocos son héroes en la Tierra; 
algunos son grandes aquí y en el Cielo; 
pero sólo uno triunfa en el Edén.

"Hasta ahora es feliz mi corazón:
oigo este canto, veo una flor
quiero fundar toda mi gloria."

Demian.



domingo, 16 de septiembre de 2012

Te miro



Te miro
como la naturaleza declara,
con amor,
que me cobija en su sombra,
refugiando mis manos
desde el calor del mediodía.

Notas de un murmullo suave
reconcilian mi voz con esa diosa
en el fondo de mi corazón.

Te miro
en primer plano,
como viendo una misteriosa mariposa negra
que agita sus intrépidas alas
en un rapto de nuestro instante compartido,
sintiendo el pulso de vida
en cada latido de nuestro aliento.

Te miro
porque tu amor es evidente,
porque tu añoranza es la mía,
Te miro
porque la danza de tus criaturas me conmueve,
y la silueta que dibujas en tu memoria
no me es indiferente.

Demian.

domingo, 9 de septiembre de 2012

Aprovecha el día, la hora de la noche es negra




La tarde me conduce a un recodo de mi imaginación,
a descubrir la inexacta idea de un consuelo,
dentro de los límites de la estela nebulosa de los sueños.

Tras una ventanilla corre el mundo,
va un árbol ligero a encontrarse con el tiempo que he dejado,
y cuando sospecho que todavía falta,
que adelante tengo un sinfín de sombras,
allí, justamente allí, esta Abraxas,
colapsando todo eco de inteligencia.

El bien que me toma y lleva a tus letras,
el mal que me confunde e invade toda realidad.

Desde un rincón de mi memoria,
ascienden fugaces las imágenes de un amor.
Amor que ya no está,
desaparecido,
desvanecido,
como se desvanecen los sueños al despertar.

Le inquieta que su amor la extrañe;
iracunda criatura que exfolia en jirones su delicada figura,
haz de saber que puro es el hombre que de todo coraje en el amor,
recoge una flor al borde de un abismo.

Ya llega la noche niña,
y esas lágrimas que corren por tus mejillas,
son todo un mar de perlas.

Hoy, por ellas,
volveremos a suspirar.

Demian.

sábado, 1 de septiembre de 2012

He conocido el cielo




He conocido el cielo,
he visto como el ámbar de tus ojos reflejaba mi gloria,
he visto tus manos dibujar en el éter,
círculos mágicos de frases solemnes.

He caminado sereno junto a tu sombra,
acariciando tu luminoso trazo de luz,
acompañando tus suaves y firmes pasos
aferrado seguro a tu cintura.

He enmarcado sincero sobre tu nombre
cientos de miles de quimeras,
inmaculados versos, ilusiones,
y algunos sonetos anodinos.

He también languidecido,
extraviado a veces entre lo mundano y trivial,
como una hormiguita que desvía su curso marcial,
de pronto pierde su carga, su norte,
y abandonada en su cosmos, ya sin retorno,
vaga ausente y solitaria hasta el final.

Pero he sido siempre lo que soy,
tu amante más sincero,
tu más honesto tesoro de rotunda verdad,
hacedor de tu más pura efigie de amor.

Ahora que ya tus manos no dibujan en el éter,
que ya no veo mi gloria en tus ojos,
que ni siquiera un pedacito de tu sombra puedo escoltar,
y mi trova no alcanza a modelar tu nombre,
ahora se dónde estoy.

He conocido el cielo,
cielo, que me ha dejado de cobijar.

Demian.