He estado sentado aquí,
y por el sonido
trató de dirigir la mirada
en imágenes,
pero lo que veo
es su hermoso rostro
esa sonrisa irónica
de mi desaliento y fracaso.
Sin olvido,
sin pereza,
sin saberme aún extinguido.
Sólo aventuro
rodar mi misión
de encontrar un sendero
de regreso a sus caricias.
Demian.
Si alguna vez te pierdo
¿podrás dormir sin que
cual copa de un tilo
me pierda, susurrando, sobre ti?
¿Sin que yo vele aquí
y ponga, como párpados,
palabras en tus pechos,
tus miembros y mi boca?
¿Sin que yo aquí te encierre
y a tí sola con lo tuyo te deje
como un huerto colmado
de melisa y de anís?
Rainer María Rilke